Caminando juntos

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Dios camina siempre con su pueblo, no le abandona ni le desampara… incluso en los momentos en los que pareciera que el Señor abandona a su Pueblo, resuenan siempre las palabras del profeta Isaías: aunque hubiera una madre que se olvidara del hijo de su entrañas, yo, el Señor, jamás me olvidaré de ti (Cf Is 49,15).

En estos tiempos en los que internet parece ir mucho, demasiado adelante de lo que un ser humano promedio pudiera aprovecharle o siquiera asimilar las posibilidades que le ofrece; encontramos que el Señor camina, a través del magisterio de la Iglesia, camina con su pueblo.

En los últimos mensajes con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones  Sociales, encontramos en el magisterio de la Iglesia, que Dios a través de la persona del Papa Francisco, manifiesta su cercanía y acompañamiento a su pueblo.

La red es una gran oportunidad para que el ser humano se acerque al misterio de la comunidad Trinitaria, relación de comunicación por excelencia.

Sería imposible negar que, en la actualidad, la realidad de la Red potencia las capacidades del ser humano, convirtiéndose incluso en una extensión de la propia humanidad, siendo vehículo a través del cual los hombres llegan a encontrar caminos para su misma auto realización.

Sien embargo tampoco puede negarse la dimensión contraria, aquella por la que no son los valores, sino viles intenciones, las que, aprovechando del efecto amplificador de Internet, alcanzan con sus efectos negativos a tantas y tantas personas, que en ocasiones por no encontrar la cercanía de un semejante que les oriente, consuele o escuche, caen en una red que les esclaviza.

Ante esta situación no podemos hacer lo que hizo el sacerdote o el levita a los que Jesús se refiere en el texto del Evangelio(Cfr. Lc. 10, 25-37): encontrarnos con la situación, reconocerla como un problema y ser indiferentes.

Dios, a través del magisterio de la Iglesia, camina con su pueblo, y el Papa insiste en su llamada a pasar de una red compuesta por nodos electrónicos a formar una comunidad caracterizada por el encuentro cercano de las personas y así abrir el camino hacia Dios.

Dios camina con nosotros, pero a veces la dificultad radica en reconocer su cercanía, por ello Jesús nos recuerda que “cuando lo hiciste con uno de estos pequeños, conmigo lo hiciste” (Cfr. Mt. 25,40).

El reto es hacer que tantas personas que desean ser escuchadas, acompañadas o valoradas y buscan esta oportunidad en las redes sociales, encuentren en nosotros un prójimo que no evada su situación, sino que, como el buen samaritano, se detenga, baje de su cabalgadura, cure las heridas de su hermano y se tome en serio su cuidado.