Estimados hermanos, al inicio del mes de noviembre quiero invitarles a considerar en sus planes la obra de Dios. Ya hemos celebrado a nuestros hermanos santos y a todos los fieles difuntos. Ellos nos recuerdan la Patria eterna a la que somos llamados y la obra redentora de Cristo que fortalece nuestra vida. El llamado que tenemos desde la Sagrada Escritura es que seamos santos (Levítico 19,2 ; S. Mateo 5,48), El Señor nos muestra que este camino es permanente y revitaliza nuestra trayectoria para cumplir la voluntad de Dios.
Así les invito a llevar este mes de noviembre en el que, celebrando a algunos de los Santos, también celebraremos el fin del año litúrgico al proclamar a Cristo como Rey del Universo.
Al proclamar a Cristo como Rey nuestro, le estamos manifestando que creemos en su realeza santa y que ésta fe nos lleva a asumir y a promover los valores que como Rey nos pide. Así como toda ciudad, como en cada familia hay un orden, hay valores morales y compromisos por el bien común, así nuestra vida se rige según quien nos gobierna en mente y voluntad: Cristo Rey.
Vivamos este mes considerando cada día como oportunidad, para que cada uno, según su situación personal y su vocación, podamos construir algo más del Reinado de Cristo que es Santidad, Amor, Vida, Paz, Justicia y Verdad.
Construyamos Vida, Alegría, Esperanza y Santidad.
Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.
