Tepatitlán vivió una gran gala y una enorme emoción al ser un día muy especial para nuestro país, en celebrar y recordar a nuestros fieles difuntos, y que este año no fue la excepción, fue un año muy especial en el marco de las distintas actividades que abundaron en la cabecera municipal y que una de ellas, fue el magnífico concierto llevado a cabo en la Parroquia de San Francisco de Asís,  ícono ilustre de devoción y espiritualidad. Un concierto sin igual poco visto en nuestra ciudad y que fue todo un gran éxito en demostrar la grandeza y enorme belleza del arte y la cultura en la manifestación del canto litúrgico, que en esta ocasión se acompañó de esta celebración en memoria de los nuestros.

Se contó con la participación del gran Maestro Aurelio Martínez Corona, Director del Coro de Infantes de la Catedral de Guadalajara,  el gran Maestro Tepatitlense, Aldo Mauricio Vargas, Director del Coro de los Niños Cantores del Señor de la Misericordia, que estuvieron también acompañados del Tepatitlense y gran Maestro Juan Luis Muñoz  que estuvo a cargo de la interpretación de cuerdas en dicho evento.

Un concierto que sin duda nos dejó maravillados y sumamente sorprendidos del enorme talento y empeño visto por la comunidad en estos niños y jóvenes dando lo mejor de sí en esta gran noche, que sin duda fue sumamente especial para todos los presentes, teniendo así de esta manera el templo parroquial en su máxima capacidad de personas en esta memorable noche para nuestra ciudad y que sin duda nos dejó sin palabras con esta grandiosa manifestación en conjunto con el gran trabajo de estos maestros ilustres.

En este acontecimiento, se pudo entender como recitamos en el fragmento de un canto  “y el cielo bajo”, y es que realmente así fue como se pudo sentir, un verdadero  ambiente celestial, lleno de paz y una maravillosa armonía en el recinto con todos los presentes disfrutando del bello momento con las hermosas voces de las sinfonías ejecutadas que nos dejaban impactados de la gran disciplina y entrega en los cantos  e instrumentaciones que sin duda fueron excelentísimas, haciendo una verdadera  velada armoniosa  y santificante para todos.

Mis más grandes respetos y admiraciones para los Niños Infantes de la Catedral de Guadalajara, por compartir la vida, el talento y manifestar a Dios juntos con los demás en este hermoso tiempo.  A los Niños Cantores del Señor de la Misericordia, por ser parte fundamental de este suntuoso concierto y unión de belleza sin igual junto con del Maestro Juan Luis Muñoz y su ejecución instrumental, verdaderamente bella, anexa con estos niños y jóvenes.

Una magnifica velada que se quedó y quedará para siempre en los corazones de todos los presentes al ser un evento único y de un gran valor para las bellas artes, bien demostrado y llegado a lo más profundo de nuestros corazones, un concierto que jamás se olvidará y que ha sido parte de la historia de nuestra ciudad, de la parroquia de San Francisco y de nuestras vidas. Una muy hermosa forma de honrar a nuestros seres queridos que ya han partido de este mundo y que en una de tantas maneras, se les recuerda con mucho cariño como en esta ocasión en el arte de la música.