Le blanc seing

Fotografía: Especiales

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Actualmente vivimos una crisis más grande de lo que imaginamos, se le llama una crisis de esperanza. Y bien podemos decir que cada uno de nosotros somos responsables por no vivir o por vivir de más en la realidad. Quizá es una impresión muy personal, pero por el esfuerzo incansable de la generación del “periódico falso”, los que intentan a toda costa ser realistas, perdemos la naturaleza que René Magritte nos recuerda en su obra.

Le blanc seing es una litografía del realismo mágico que presenta a una mujer sobre su caballo en primer plano, que por la técnica tan peculiar que tiene nuestro autor, se entrelaza con el segundo plano de los árboles y el paisaje para formar una ilusión óptica fascinante. Primero, nuestro cerebro completa la imagen que, si no hemos visto con detenimiento, no nos habíamos dado cuenta de que no lo estaba.

Entonces sucede la magia. El cerebro sí sueña y completa las cosas, nuestro sistema por naturaleza mezcla de manera insólita los colores y las formas, haciendo de este conjunto una realidad más justificable que justificada, y más entretenida que realista o soñadora. ¿Entonces nuestra mente busca soñar la realidad o realizar los sueños? ¿Es cierto que entre más realistas somos mejores personas nos volvemos?

Razón de más para comprender a Magritte que nos recuerda la necesidad de soñar y esperar la mejor versión de las cosas, incluso cuando sean incomprendidas y sin sentido alguno, una razón de más para ver los caballos de nuestras vidas y observar con detenimiento los sueños que nos llevarán a completarlos. ¿De verdad creemos que los realistas transforman el mundo? Porque yo no conozco a uno que sin ser lo suficientemente loco y a la vez humano, haya podido ser feliz. Creo que ante una sociedad de “periódico falso”, que buscan siempre ser objetivos en apariencia, necesitamos una sociedad de esperanza que sea más humana y que pinte en sus paredes de la razón muchas más Le blanc seing.