Hay muchos motivos por los cuáles nuestros hijos pueden ser distraídos. Algunos son por naturaleza dispersos y les cuesta poner atención en los detalles. Otros solo ponen atención en lo que es significativo para ellos.
En otros casos están tan metidos en sus cosas que el resto del mundo puede rodar y ellos no se dan cuenta. Hay otros casos que son distraídos porque su mente está ocupada en otras cosas como pueden ser problemas familiares o angustias internas. Y en algunos otros casos es por enfermedad.
En realidad, sea cual sea el motivo de la distracción, es muy difícil educar y sacar adelante a nuestros hijos cuando tienen estas características; pero no es imposible, por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos con problemas de atención.
Primero. Capta su atención para dar instrucciones. 
Debemos tener claro que los niños y jóvenes dispersos o distraídos en muchas ocasiones parece que te están escuchando pero no lo hacen, incluso pueden contestarte pero no de de manera conscientemente, por eso es de vital importancia lograr captar su atención, toda su atención.
Cuando son pequeños es necesario ponernos a su nivel y verlos a los ojos para estar seguros de que nos hacen caso y entienden lo que estamos pidiendo.
Cuando son más grandes puede llegar a ser necesario tocarlos en el hombro para llamar su atención. En la adolescencia puede ser importante que hagamos un espacio de tiempo especial para hablar de las cosas importantes.
Lo que es indispensable en cualquier edad es asegurarnos que nos escucharon y que quedó clara la instrucción.
Segundo. Da instrucciones concretas, precisas y con evidencias. 
Nosotros podemos colaborar siendo claros al hablar, dando instrucciones claras y especificas a realizar. Entre más concreto sea todo, más fácil podrán retenerlo y realizar la acción requerida.
También es bueno dejarles un refuerzo gráfico o evidencia de lo que les pedimos, así si olvidasen algo, siempre pueden ir a recordar lo que les falta.
Enunciados cortos y con acciones concretas son lo mejor.
Tercero. Enséñalos a usar instrumentos de apoyo. 
Cuando están pequeños nosotros podemos hacerles material de apoyo como son flashcards o tarjetas de colores con dibujos para que recuerden las cosa. Incluso podemos hacer un reloj con las horas y dibujos para que se vayan acostumbrando a ser responsables de realizar las labores que les tocan a cada hora.
Conforme crecen podemos inculcarles el uso de las agendas, calendarios, notas o las listas para checar los deberes cumplidos, etc.
Al principio será difícil que los usen adecuadamente pero poco a poco y con la práctica, lo harán con naturalidad. Así no olvidarán nada y si lo hacen confiarán tendrán un apoyo físico para cumplir con lo que deben.
Cuarto. Logra que lo importante sea también significativo para ellos. 
En muchos casos nuestros hijos sólo ponen atención en lo que les interesa, es por eso que debemos lograr que lo importante también sea significativo para ellos.
Para esto podemos apoyarnos de material didáctico para hacerles interesante y atractiva cualquier situación que se presente. Es bueno asociar cada evento con algo importante para nuestros hijos, sobre todo cuando están pequeños, para que pueda ser significativo para ellos.
Cuando son más grandes nuestros hijos podemos darles una responsabilidad o un rol especial en cada actividad para que se sientan motivados y pongan atención en lo que hacen.
Quinto. La empatía es fundamental. 
Es necesario saber y tener claro que nuestros hijos con falta de atención no dejan de hacer las cosas a propósito sino que no ponen cuidado y pierden la noción del tiempo.
Nosotros debemos comprender que nuestros hijos están en formación y tratar de comprender que poco a poco se irán haciendo más responsables.
Y nuestros hijos deben comprender que es necesario ser más atentos a lo que les decimos y tratar de encontrar mecanismos para cumplir con lo que deben.
Otro punto importante es tratar de encontrar el porqué de que sean distraídos. Si es por naturaleza será más difícil cambiarlos, pero si hay algún agente externo como alguna preocupación o problema que los mortifique, pues será más sencillo ayudarles ya que podremos tratar de solucionar el problema y ellos mejorarán de manera natural.
Si el problema es difícil de solucionar, podremos trabajar con nuestros hijos para hacerles entender que ellos no son culpables y que si ponen atención en lo que deben hacer será más fácil que colaboren a la solución del problema.
Lo importante es que hagamos empatía y que logremos pensar y sentir como el otro lo hace, así veremos el mundo desde su mirada y podremos guiarlos y educarlos mejor.