Todos podemos interceder en familia

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Este fin de semana tuve la oportunidad de cubrir el Acto de Desagravio y la procesión del Santísimo por las calles de la Ciudad de México. Fue asombroso ver cómo el pueblo mexicano salió a las calles a adorar a Jesús Sacramentado rogándole que tenga misericordia y que perdone el pecado grave del aborto, la violencia y todo lo que esto conlleva.

Fue hermoso darme cuenta que el pueblo mexicano aún tiene fe y no le da temor salir a las calles a expresarlo.

Tuve la bendición de transmitir en vivo el recorrido de Jesús Sacramentado por las calles de la Ciudad de México y esto me dio oportunidad de reflexionar que todos podemos interceder unos por otros, no son necesarias acciones espectaculares, por eso hoy te quiero compartir mis 5Tips para enseñar a nuestros hijos a interceder por los más necesitados.

Primero. Haz el bien sin mirar a quién.
Es necesario enseñar a nuestros hijos a que busque dar sin recibir nada a cambio porque de esta forma estarán siempre dispuestos a interceder por quien más lo necesite sin ver una remuneración de sus acciones.

Hay un dicho que dice: “El que por otro pide, por sí aboga” pero eso se da de manera natural, no debemos estar buscando beneficio al interceder por los otros.

Segundo. Una oración a nadie se le niega
Debemos educar a nuestros hijos para que siempre estemos dispuestos a orar por el que más lo necesita. No importa que sea alguien que haya hecho algo muy malo, por ejemplo, los delincuentes.

Nuestros hijos pueden orar por que la gente se convierte, o por que reciba consuelo o solucione algún problema.

Todos podemos ayudarnos entre todos.

Tercero. Nuestras obras también ayudan
Si nos cuesta trabajo hacer oración, nuestras obras también valen para interceder por los que lo necesitan.

Nuestras acciones, ofrecidas con amor sirven mucho más que una oración dicha sin una buena intención.

Acostumbremos a nuestros hijos a ofrecer su día por los otros. Es algo muy edificante.

Cuarto. Los pequeños detalles valen mucho
Si ofrecemos esos pequeños detalles, esos pequeños sacrificios a Dios por que las cosas vayan bien o por alguien en especial, colaboramos para que Dios derrame sus gracias y nos conceda esos favores que le pedimos.

La unión hace la fuerza y si oramos, ofrecemos nuestros trabajos y además ofrecemos lo pequeño hecho con amor, seguro que alcanzamos gracia delante de Dios.

Quinto. Si son en familia mucho mejor.
Si nuestros hijos ven que somos generosos y nosotros mismos oramos por los demás, seguro que no les costará trabajo imitarnos.

Recordemos que educamos en todo momento con nuestras acciones así que seamos el ejemplo que nuestros hijos necesitan. Oremos unos por otros. Dios siempre nos escucha cuando lo que pedimos es para el bien y la salvación de nuestras almas.