Feligresía de Lagos de Moreno y de León, Guanajuato, veneraron a la virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores en su día de fiesta.

En la parroquia Nuestra Señora del Refugio, en la colonia que lleva el mismo nombre dentro del Decanato Lagos, se llevaron a cabo las fiestas patronales. Las dos celebraciones Eucarísticas de fiesta fueron oficiadas por el párroco Juan Manuel Jiménez Orozco; y en punto de las doce del día recibió a las comunidades locales y a la peregrinación de León, Guanajuato, que, año con año, acuden para dar gracias a Dios y a la santísima virgen María.

“Hoy nosotros, como santa Isabel, podemos decir, ¿quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Hoy todos hemos venido a verla y nuestro corazón salta de gozo porque nos da a su Hijo, Jesús, porque ella sabe que nuestra felicidad está en su Hijo (…) Ella es nuestra madre porque en Jesús, que ella dio a luz, nosotros hemos sido transformados en hijos de Dios”, dijo el presbítero Juan Manuel.

Con puntual llegada a la puerta del templo parroquial, la peregrinación recitó alabanzas y cantos

que recordaron a los fieles el refugio que se encuentra en nuestra Madre, que acompañada como cada año por Nuestro Padre Jesús del Calvario, esperaba entre guirnaldas de flores que enmarcaron su pureza y belleza.

“Tenemos una madre que nos ayuda a superar nuestro miedo a la condenación, nuestro temor por ser pecadores a no ir al cielo; nos da alegría saber que ella nos protege, nos ayuda y nos va a estar llevando de la mano y nos va a presentar frente a su Hijo, y nos va a decir, mira me quiere mucho, ábrele las puertas, déjalo pasar. Eso nos da alegría, saber que, nuestra madre nos ayuda a tener esa esperanza de llegar un día al cielo aunque seamos pecadores”, explicó el párroco Jiménez Orozco.

Comunidades como La Cantera, El Sitio, Ojo de Agua, Las Mangas, Las Alfalfas, Cofradías, El Tuétano, Bernalejo, Las Lagunas y El Jagüey; así como fieles de la zona y la peregrinación del municipio de León, Guanajuato, participaron de la celebración Eucarística, donde el párroco Juan Manuel les exhortó a seguir buscando a Dios y conocerlo desde su bondad infinita, y, por supuesto, ver a la santísima virgen María con esa misma confianza, como refugio del yo pecador.

“No podemos exigirle, pero eso mismo nos alegra, de saber que aunque no seamos como Dios quiere, la santísima virgen nos recibe, nos da un abrazo y nos invita a presentarnos a su Hijo Jesús (…) Es una madre muy responsable, es una madre muy eficiente, que es una madre, me atrevo a decir, muy consentidora, por eso nos sentimos a gusto con ella”, indicó el párroco.

Al finalizar la celebración Eucarística la comunidad recibió a todos los visitantes con una comida; así mismo, por la noche se desarrolló la tradicional kermés y quema de castillo en honor a la santísima virgen.

EL TESTIMONIO

La peregrinación de León, como se hacen llamar, acude al templo parroquial de Nuestra Señora del Refugio, año con año, desde hace más de nueve décadas; y lo relata la señora Josefina Domínguez Ramírez, quien tiene setenta y seis años acudiendo al templo el día 4 de julio y, reconoce que, su abuela ya acudía a Lagos de Moreno justo para esta fiesta.

“Desde que yo me acuerdo, nos veníamos caminando desde León hasta aquí (…) La razón de por qué venían cuando yo era niña no la sé, eso solamente lo supo mi abuela. Yo vengo, primero a darle gracias a la virgen de San Juan, pero yo vengo porque me nace venir a verla”, dijo la señora Josefina.

Y aunque la cantidad de fieles ha ido cambiando con los años, comentó la señora Josefina, es una peregrinación que de generación en generación ha ido evolucionando, y aunque hubo una temporada que acudían hasta cien personas o más, hoy en día la cantidad varía entre treinta y cincuenta; sin embargo, también hubo años en que solo acudían cinco o seis personas.

  • La peregrinación la ofrecen por las ánimas del purgatorio.
  • El presbítero José de la Luz Trujillo y Torres fue el fundador de esta peregrinación y se estima que por lo menos haya acudido por diez años consecutivos en peregrinación.