Han sido varios días de espera, un conteo regresivo de calles compuestas donde han caminado feligreses de diferentes puntos de Lagos de Moreno y otros municipios y estados, y entonces la velada comenzó con las tradicionales mañanitas en honor al único hombre que conmueve muy adentro del pecho, el hombre llagado, triste, desconsolado que demuestra amor sin medida: Nuestro Padre Jesús del Calvario.

Desde muy temprana hora comenzó todo en Lagos de Moreno, algunas personas insistieron en que no durmieron esperando el Rosario de aurora y el primer recorrido peregrino en punto de las 5:30 horas; por supuesto, la primera celebración Eucarística comenzó después de otra ronda de mañanitas, es decir, a las 6:00 horas.

Este día fue de fiesta, sí, pero también de un momento indescriptible en la narración del Evangelio de san Marcos, la Transfiguración del Señor, momento que relata con tanta precisión el instante en que el Padre se manifestó en el Hijo, fue por ello por lo que las vestiduras de Nuestro Padre Jesús fueron cambiadas en su día de fiesta por una túnica blanca, y  también le fue retirada la cruz y la corona de espinas.

“En este día, cada hora hay misa de tal manera que todas las personas tengan la oportunidad de participar en ellas. Como cada año, todo Lagos se vuelca en esta gran fiesta hacía Nuestro Padre Jesús, y este año no es la excepción”, explicó el párroco Tarcisio Martín Martín, parroquia Nuestro Señor del Calvario.

Caminar la calle Constituyentes fue un deleite en toda la extensión de la palabra; fieles que desde muy temprana hora acudieron a visitar la imagen expuesta en el interior del templo parroquial pero fuera de la urna, que además destellaba en hermosos reflejos en diferentes ángulos y que permitía observar de cerca los rostros conmovidos de mujeres que lo apreciaban suplicantes.

Afuera, en la explanada, todo era fiesta, danzas, cantos, celebraciones Eucarísticas que, de acuerdo a la información proporcionada por el padre Tarcisio, gracias a su experiencia, esperaba en cada Misa alrededor de mil personas; además de todos los fieles que esperarían la imposición de la corona de Nuestro Padre Jesús, así como el tradicional recorrido de visita al interior del templo.

“La túnica blanca pues es el hecho evangélico que nos narra que Jesús se transfigura en una blancura y materialmente nosotros la manifestamos en una túnica blanca; se le retira la cruz y se le retira su corona (…) También, en este día seis, como un gesto de devoción y de fe, es recibir la corona de Nuestro Padre Jesús, con la disposición de la fe y la devoción más que un acto mágico supersticioso”, explicó el párroco.

La Misa de las doce del día fue presidida por el párroco Luis Enrique Sotelo Barrera con un lleno absoluto; la imposición de corona fue realizada en el interior del templo parroquial justo al terminar la Misa de doce, donde tres largar filas caminaron espacio en busca del consuelo, del milagro esperado, con la esperanza puesta en el único Rey del Universo, el Señor de Señores, el Amor de los Amores.