Iniciamos ya el tiempo litúrgico de la Cuaresma. Bien sabemos que se trata de un camino que nos conduce a la Pascua, no solo por la liturgia o el proceso religioso natural hacia ella; sino sobre todo un cambio en nuestra vida que se celebra con el triunfo de Cristo en el logro de nuestras metas.
Quiero invitarles, lleno de esperanza en Cristo y en la buena fe de ustedes, a apoyarse en este camino de progreso espiritual en tantas buenas oportunidades que se nos presentan: la eucaristía, la confesión, las obras de caridad, los ejercicios espirituales, las misiones y así mismo el ayuno y la abstinencia.
Como Iglesia estamos siempre llamados por Jesucristo, nuestro Rey y Fundador, a seguirlo con más fidelidad según los criterios del Evangelio. Tenemos muchas cualidades y misiones, tenemos también que pedir perdón y que corregir ante las tristes acciones de miembros de la Iglesia, que han llenado de escándalo y tristeza a tantas personas. Hay mucho que hacer y ofrecer. Tomemos el reto y llevemos con esperanza y buen empeño el camino cuaresmal. Dios está con nosotros y quiere la vida de su Gracia en todos nosotros.
Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.
