Con gran alegría el Seminario Diocesano ha preparado, como ya es una buena costumbre, una obra de teatro, como un signo de agradecimiento a todos los bienhechores que contribuyen en el sostenimiento económico de nuestra Institución, así como de aquellas personas que reciben a los seminaristas los fines de semana en sus hogares, sin excluir a todas las personas del Pueblo de Dios, y que acuden desde todos los puntos de nuestra Diócesis.

La obra de teatro del Seminario es un referente del impulso que todo cristiano debe tener para generar una cultura, sobre todo una que refleje los valores del Evangelio, que haga crecer a las personas y que los haga ser más cercanos a Dios, sobre todo en estos tiempos en los que parece que los cristianos hemos dejado este ámbito tan privilegiado

En esta ocasión los integrantes de la Etapa Configuradora, sacerdotes y seminaristas, así como un grupo de mujeres, han preparado y presentado la puesta en escena: ¡Venga toda la gente!, que recuerda algunos de los pasajes más importantes de la vida del Pobre de Asís, San Francisco, en modo de musical.

Desde hace 5 meses se comenzó con la planeación y preparación de dicha puesta en escena. Es un trabajo en conjunto de parte del Seminario, que involucra tanto actores, actrices, escenografía, coreografía, música en vivo, luz y sonido, etc.

Se tuvo a bien elegir la vida de este Santo para mostrar a las personas que la vivencia del Evangelio puede ser de una manera radical, desde la simplicidad, la pobreza, la humildad, el desapego de este hombre de Dios. Con unas bellas canciones, de profunda espiritualidad, también con un toque de comedia, las personas han disfrutado de esta historia llena de Dios.

La representación se ha llevado a cabo en las instalaciones del Seminario Mayor Diocesano. La visita de las personas que llegan representa un contacto más cercano de cada seminarista con aquellos que colaboran con el Seminario, y también ayudan a favorecer una cercanía más personalizada con cada participante. La visita al Seminario se hace también un signo del seguimiento cristiano.

Una obra de este tipo nos hace pensar que el Evangelio debe permear en todos los ámbitos de la vida humana. La experiencia de los santos también favorece la cultura tan necesitada de referentes, sobre todo en los ámbitos de los más jóvenes. la radicalidad y entrega de este hombre, que, sin duda puede interpelar a cada persona que escucha sobre su propio seguimiento.

Este trabajo de agradecimiento es el fruto de la experiencia de Dios de todos. Agradecer con un pequeño gesto es también compromiso por una formación más esmerada, y es impulso para seguir siendo todos corresponsables en la formación y promoción de los sacerdotes de nuestra Diócesis, así como de las demás formas de intensa vida cristiana.

No queda sino agradecer a todos los que han hecho posible la realización de este musical. El Seminario, todos y cada uno de sus integrantes, seguirá apostando por vivir la vida de Dios. En cierto modo podemos agradecer con las mismas palabras del Santo que ha inspirado esta obra: ¡Bendito seas mi Señor!