Un ejemplo de entrega al pueblo de Dios.

Nació en Zapotlán el Grande, Jal. (Ciudad Guzmán, Jal.), el 8 de julio de 1899. Recibió la ordenación sacerdotal el 5 de agosto de 1923 en la Catedral de Guadalajara, en una época en que ser sacerdote era poco menos que un crimen contra el Estado irreligioso y ateo. Murió en Tepatitlán, Jal. el 05 de octubre de 1928.

Fue uno de los infatigables y abnegados misioneros en los tiempos difíciles de la persecución. Nada le detenía para ir, lleno de caridad, a administrar los sacramentos y a sostener la vida cristiana de los fieles celebrando la Eucaristía en casas particulares.

A principios del mes de octubre de 1928 fue a Guadalajara a comprar lo necesario para el Sacrificio Eucarístico. Alguien le hizo ver que su campo pastoral estaba enclavado en la zona de mayor peligro: «Ya me voy a mi parroquia; a ver qué puedo hacer y si me toca morir por Dios, ¡Bendito sea!». Cuando una noche preparada la celebración de la Eucaristía y la bendición de un matrimonio, fue hecho prisionero y condenado a morir ahorcado en un árbol de la alameda, a las afueras de la ciudad.

Con entereza cristiana bendijo la soga, instrumento de su martirio, y a un soldado que se negó a participar en el crimen, le dijo, repitiendo las palabras del Maestro. «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Era la madrugada del día 5 de octubre de 1928.

Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.