EDUCA A TUS HIJOS CON UN POCO DE HAMBRE Y UN POCO DE FRÍO

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Redacción: Psicóloga Verónica Romo Jiménez Fotografía: Especiales

Querida Familia Mensajera, hoy quiero  comentarles acerca de un tema por demás actual.

Padres de algodón, hijos de cristal.

A través de la historia de la humanidad se han tenido diferentes características en cuanto a familia y tipos de padres, por mucho tiempo y durante siglos las familias eran lejanas, los papás por un lado eran la autoridad y los hijos les obedecían por tradición, por respeto, por miedo. Los padres ordenaban acerca de todo, desde el nacimiento, estudios, crecimiento, noviazgos y hasta matrimonio, los hijos no tenían opinión, ni voz ni voto.

El tiempo pasó, las cosas cambiaron, las familias evolucionaron, allá por los años 20’s del siglo XX se empezó a nombrar a las generaciones debido a sus características y han pasado varias desde entonces: niños de la postguerra, baby boomers, generación X, Y o centenials, Z o millenials y actualmente la generación alpha o más comúnmente llamada la generación de cristal.

¿Qué es esto de generación de cristal? Generación de Cristal es un término que ha ganado popularidad en los últimos años para describir a la generación nacida en la década de 2000. Se dice que esta generación es frágil, necesitada de protección constante y con expectativas poco realistas sobre el trabajo y la vida.

¿Porque son frágiles? Los papás queremos que a nuestros hijos no les falte nada, que no sufran ninguna carencia, que tengan todo lo que tuvimos y hasta lo que no tuvimos. Que no tengan deseos sin cumplir, que no tengan frustraciones por nada, trabajamos lo que sea necesario, de sol a sol si es preciso para que nuestros hijos solo se preocupen por ser felices. 

Hemos vivido muchos cambios, desde los principios de la TV, antenas parabólicas, computadoras y celulares muy básicos y lentos, hasta una gran revolución tecnológica, cambiante día a día, la evolución y crecimiento del cuarto poder (Cuarto poder» es la expresión que hace referencia a los medios de comunicación y la prensa en cuanto a sector dotado de gran poder o influencia en los asuntos sociales y políticos de un país) ahora transformado en las redes sociales.

Obedecimos a nuestros padres y las tradiciones por respeto, amor y en ocasiones por miedo, pero de igual manera comenzamos a pensar que la obediencia debería ser razonada, que podemos diferir en nuestras opiniones y que debemos tomar decisiones y afrontar las consecuencias, con esta línea de ideas  tuvimos hijos a los que no quisimos obligar a nada, respetamos su individualidad y deseos, aun antes de que pudieran razonar lo que es bueno o malo para ellos.

Al mismo tiempo ambos padres nos llenamos de actividades para satisfacer deseos y sueños personales, pero también los de nuestros hijos, y esa falta de tiempo y exceso de tareas nos hicieron sentir culpa por abandonarlos, así que, comenzamos a suplir la atención por objetos y cumplimiento de caprichos, y así, dimos pasó a esta generación de cristal.

Papás, terminemos con el miedo a nuestros hijos, con el miedo a dañarlos emocionalmente, con el miedo a sus chantajes, volvamos a ellos con amor, pero con firmeza, con cariñosa autoridad, con acompañamiento real no a través de las pantallas frías, respetando sus derechos, pero haciendo que cumplan con sus obligaciones. Vivamos las promesas y enseñanzas del Señor, así tendremos alimento después del trabajo, ganancias con el sudor de nuestra frente, recompensas a través del esfuerzo.

Amemos tanto, tanto a nuestros hijos que nuestro deseo y sueño sea verlos realizados y felices, (como decía Sigmund Freud) que sean capaces de trabajar para ellos mismos y los que los rodean, que sean capaces de transformar y amar el mundo hasta convertirlo en algo mejor de lo que conocieron.

Luchemos por hijos fuertes, resilientes, por una generación de cristal que trabaje por generar cambios notables, por aprender a construirse, a amarse y amar a los demás, a aceptarlos, cuidarlos, respetarlos, incluirlos.  (Llámese cualquier ser vivo, incluyendo nuestra casa común).

Sí, que  sea una generación de cristal templado, pero por transparente, por brillante, por auténtica, ¡frágiles y sensibles pero fuertes, creativos y luchadores!