Con información e imágenes de: Daniel Enríquez
“Allá en la mesita está el cielo” frase con la que el padre Toribio iniciaría su camino a la santidad, cuando su hermana “Quica” le enseñaba el catecismo.
Quien por el llamado de nuestro Señor, lo llevó a ingresar al seminario para un día dar su vida en el nombre de Cristo Rey y su Iglesia Mexicana.
En aquella pequeña localidad de Santa Ana de Guadalupe, perteneciente a Jalostotitlán, Jalisco, lugar en donde naciera uno de los santos mexicanos más aclamados por su intercesión, ha generado que miles de feligreses cada fin de semana se den cita en esta localidad para visitar las reliquias de quien en su etapa de seminarista ayudara en la construcción del pequeño templo de la Mesita, lugar que atestiguó por vez primera, cuando el padre humilde, levantó el Cáliz y el Pan que da vida eterna y que años más tarde sería el recinto que albergara los restos del santo de los migrantes.
Y por supuesto, el pasado 25 de febrero no sería la excepción para recibir a miles de peregrinos, quienes se dieron cita a esta tierra jalostotitlense, para recordar el 90º aniversario de martirio de santo Toribio Romo, quien fuese asesinado en 1928, a consecuencia de la Guerra Cristera.
Según datos del promotor de turismo de Jalostotitlán, Daniel Enríquez, este domingo se tuvo la visita de más de mil camiones provenientes de distintas partes del país, entrando a la comunidad campesina, alrededor de siete camiones por minuto, lo que equivale a más de 40 mil personas sin contar los vehículos particulares que peregrinaron hasta este Santuario.
