Estimados hermanos en el Señor, que la paz y la gracia de Cristo les guíe en el orden del tiempo que vivimos.

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Qué gran oportunidad es nuestra existencia, regalo precioso de Dios Creador. Solo cuando valoramos nuestra existencia de una buena forma, sabemos cómo ordenar nuestro tiempo de una manera saludable.

El tiempo es oportunidad de realizar nuestras capacidades, de estar en contacto con Dios que siempre, en cada encuentro, renueva algo en nuestra vida; es oportunidad de compartir nuestra persona haciendo el bien con los demás seres humanos: nuestros familiares y amistades; nuestra oportunidad con quien necesita apoyo, nuestro construir juntos; el tiempo ordenado es oportunidad de desarrollar nuestra vida, de descanso, de organizar actividades incluso artísticas que nos ayudan a fracturar nuestra existencia. De una forma en el Antiguo Testamento, el libro del Eclesiastés, nos expresa que el tiempo tiene su marcha y debemos considerar que hay tiempo para tantas situaciones que nos acontecen o que organizamos (Eclesiastés capítulo 3). Hoy, quiero invitarles a saber vivir aprovechando positivamente nuestro tiempo, de hecho es un recurso que tenemos y ya no se recupera, no es renovable, pasa, y así pasa nuestra existencia.

Incluso saber aprovechar el tiempo no es solo hacer actividades pues caeríamos en un activismo; se trata, entonces, de saber llevar en el tiempo nuestros dones, oportunidades buenas y sobrellevar adversidades, pues hay tiempo para todo si así lo organizamos.

Estimados hermanos, pidiendo al Señor Dios les guíe y apoye, en Él llevar su vida en el tiempo haciendo la Voluntad de Dios, les envío mi bendición.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge C. A.