Estimados hermanos, hemos orado todos por nuestros hermanos de Nicaragua y en especial por quienes, por los ataques a sus derechos inalienables y así mismo por su fe, han padecido situaciones muy difíciles. Los Obispos de toda América Latina hemos motivado a orar por ellos; pero así mismo, motivando a que seamos elementos que promovamos la paz. Cuántas actitudes y acciones, palabras y oraciones podemos realizar para ser constructores de uno de los valores del Reino de Jesucristo: el valor de la paz. Iluminados por el Evangelio, hagamos realidad el Reino de Cristo en nuestras situaciones diarias. Paz es la palabra que Cristo dio a sus apóstoles al aparecer ante ellos lleno de Gloria, así hoy Cristo Vivo nos da su paz y nos envía con su paz.
Esta semana también, vivimos la reunión del Consejo Diocesano de Pastoral, momento en que iluminados por los avances de la elaboración de nuestro VI Plan Diocesano, recogidos en la pasada Asamblea Diocesana de Pastoral, y en la escucha permanente, nos hacen avanzar para discernir lo que Jesucristo, Buen Pastor, quiere para nuestra amada diócesis.
Hoy pues, vamos con esperanza cristiana mirando el futuro próximo, pero con los pies firmes en el camino y en la unidad creada por el Espíritu Santo.
Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge C. A.
