“Dios siempre cumple” – Impulsos de un Joven Seminarista

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Por: seminarista Juan Diego Vázquez Valle – Seminario Menor de Atotonilco

A lo largo de la historia de Salvación, se nos va revelando la identidad de un Dios que cumple sus promesas, que siempre va caminando con el ser humano y toda su creación, es así como nosotros podemos experimentar el amor de Dios, y amarnos a nosotros mismos, a nuestros hermanos, a todo lo que Dios nos regala para nuestra santificación y claro, amar a Dios sobre todas las cosas, porque Dios, sí cumple su proyecto divino en la humanidad, y su muestra esta en Jesús.

Si leemos la Biblia, podemos captar que Dios quiere salvar, aunque el pueblo de Israel se resiste, aun cuando ayuda al pueblo en sus necesidades, el hombre es terco y le da la espalda a Dios, lo rechazamos y lo dejamos atrás, los profetas son los únicos que escuchan a Dios y ponen su palabra en práctica, e incluso muchos de ellos se resistieron a escuchar la voz de Dios, tal es el caso de Jonás, Dios al tratar de salvar a Nínive, Jonás se resiste, e incluso se enoja con Dios y le dice: “Ah, Señor, ya lo decía yo cuando todavía estaba en mi tierra. Por algo hui rápidamente a Tarsis. Porque sé que eres un Dios clemente, compasivo, paciente y misericordioso, que te arrepientes del mal que prometes hacer” (Jonás 4, 2). Esto es Dios, siempre bondadoso, aunque prometa castigar, Él siempre cumplirá su promesa en perdonarnos y amarnos hasta el extremo.

La promesa de todo el Antiguo Testamento se cumple como ya lo dijimos con Jesús, cuando nadie esperaba nada de Belén, porque era un poblado inexistente casi para los judíos, se cumple lo que Dios dijo por medio de los profetas, la venida de un Mesías, el cual salvaría a Israel de la mano del enemigo, aun así, no creyó Israel, se aferró a sus leyes y no dejaron que Dios invadiera el amor que quería extender para la protección de todos, Dios sí que cumplió, una vez más, se mostró cercano para con los hombres, no haciéndose un Dios lejano, que está solamente en el cielo y ya, sino que quiso hacerse un Dios muy cercano al hombre, tan cercano que se hizo hombre, para hablar nuestro lenguaje y ver que para Él todo es posible, siempre fiel a su pueblo, dejándonos a su hijo en el pan y el vino, para poder alimentarnos de su poder y así adquirir fuerza para nuestra vida, obteniendo la salvación.

Esta es nuestra riqueza, como cristianos, creer en Cristo es nuestra mejor aventura como seres humanos, amando a Dios y a nuestros hermanos, siendo solidarios con todos, practicando las obras de misericordia, que son llaves que nos llevan a Dios, esto es lo que nos une al hablar de Dios, que aunque haya muchas personas que se dicen ser ateas, nosotros nos alcemos porque sabemos que Dios nos ha encontrado a nosotros, nos ha amado primero antes que nosotros a Él, esta es nuestra fiesta, nuestra creencia, nuestra alegría de hijos e hijas de Dios y pidámosle que nos de más fe, para creer más en Él.