“Vengo, con todas las ganas de servirlos: pidan por mí”

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Redacción: Mensajero Diocesano

Información: José Francisco Ortega Valadez

Fotografías: Especiales

En días pasados la parroquia San José, en San Miguel el Alto, recibió a su nuevo vicario, el presbítero José Guadalupe Velázquez Hernández, quien arribó a su destino lleno de ilusiones y con proyectos que incluyen a los jóvenes sanmiguelenses.

En cuatro preguntas, el presbítero responde a la comunidad la encomienda que el señor Obispo, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, le ha hecho, y cómo se siente ante este primer reto de su vida sacerdotal.

1.- ¿Con qué proyectos he ilusiones llega a esta parroquia?

R: Durante la vida del seminario nos enseñan a ser buenos seminaristas, a vivir como buenos seminaristas pero no a tener la experiencia de ser sacerdotes; eso se experimenta hasta que está ya dentro de una comunidad, entonces, mi principal ilusión en mi llegada a esta parroquia es precisamente eso, aprender a ser sacerdote en medio de esta comunidad a la que Dios me ha destinado por medio del señor Obispo, Jorge Alberto; y a ilusionarme, a vivir con la comunidad, a alegrarme con los que se alegran y a llorar con los que lloran, como Dios nos pide, que tengamos un mismo sentir. Y yo soy consciente de que la parroquia ya lleva un camino recorrido, ya tiene cinco años de ser parroquia, entonces no vengo, ni es mi intención destruir lo que ya se tiene, ni tampoco vengo con la gran novedad, vengo simplemente a unirme a este proyecto de iglesia que ya lleva un camino recorrido, a aprender junto con la gente y a ofrecer de lo mucho que Dios me ha dado, como persona, en mi formación, en mi caminar, Dios me ha dado mucho, entonces, como a corresponder de eso que Dios me ha dado, compartirlo con la gente a la que Él me envía que es esta parroquia de san José, aquí, en San Miguel el Alto.

2.- Como joven que soy de esta parroquia, quisiera saber, ¿tiene algún proyecto o plan para acercar más a los jóvenes a Cristo?

R: Yo soy un sacerdote joven, tengo apenas escasos dos meses de haber sido ordenado, entonces, yo creo que el experimentar la cercanía de un sacerdote joven, a los mismos jóvenes les puede ser más significativo.

Una de las encomiendas que me destinó el señor Obispo fue precisamente esta. Incluirme ciertamente en la parroquia, en las actividades que el señor cura junto con el equipo vayan pidiendo pero muy de cerca, muy especialmente con los jóvenes.

¿Cuál es mi proyecto? Principalmente el contacto con ellos. Cuando una persona entra en comunión, vibras junto con ellos, se crean vínculos, se crean lazos y eso hace que una pastoral crezca. Una atención cercana que sea accesible a los retos de la vida moderna, a lo mejor a través de la tecnología, de lo que el mundo va pidiendo.

3.- ¿Cuáles son sus planes para la comunidad, es decir, seguir las propuestas del papa Francisco, de ser pastores con olor a oveja y salir a las periferias de esta parroquia?

R: Yo creo que la Iglesia es muy sabia en lo que Dios va pidiendo y desde la Iglesia Universal se ha insistido mucho, a través del papa Francisco, en ir a los alejados, en que los pastores tengan olor a oveja; entonces, yo quiero ser un sacerdote cercano y esa es mi intención, ir tal vez con lo que no se acercan y llegar hasta con ellos.

Dios me conceda ser un sacerdote que pueda tener un contacto con todas las personas, acercarme especialmente con los que, por una razón u otra, se han alejado de la vida de iglesia, y llevar la misericordia a lo mejor con personas que ya se sienten alejadas de Dios pero también reforzar a las personas que están; porque a lo mejor un peligro puede ser, ir a los alejados olvidándote de los cercanos, siento que debe haber un equilibrio sí buscando a los que nunca se han acercado pero sin descuidar a los que son cercanos a una vida de parroquia, de iglesia.

Algunas palabras para sus nuevos fieles que lo reciben con tanto amor característico de los sanmiguelenses

R: Yo nunca había estado aquí en San Miguel en ningún apostolado durante mi vida de seminario. Entonces llego aquí, a esta parroquia, sin ningún prejuicio, sin ninguna duda de que todo lo que veo aquí es nuevo, es una novedad, ciertamente lo veo como un gran reto pero vengo muy motivado, con grandes ilusiones, con grandes expectativas, con la ilusión de darme y donarme a ustedes, el pueblo que Dios me ha confiado; siempre le he pedido a Dios que me lleve a donde Él crea conveniente, donde se necesite; si Él me ha enviado a esta parroquia, con todo el corazón vengo, con todas las ganas de servirlos, los invito a que pidan mucho por todos los sacerdotes, que pidan por mí, y ¿por qué no? Que me exijan y me ayuden a ser un sacerdote santo.

Se van a dar cuenta que durante mi formación Dios me ha regalado muchas cualidades y quiero ponerlas a su servicio, pero también con el trato se van a dar cuenta de que también tengo muchas debilidades, que tengo muchos defectos; les pido que ante ello, pidan por mí, hagan oración por mí y nunca se olviden de que el sacerdote necesita de su pueblo y al igual que el pueblo necesita del sacerdote, porque cómo dice el ritual de la adoración, según sean los pastores va a ser el pueblo congregado, pero también como sea el pueblo congregado los sacerdotes te van a exigir, ojalá y que  juntos como Iglesia caminemos en ir madurando en este camino de fe, en esta historia de salvación.

Dios los bendiga, pidan por mí.