Redacción: Ramón Jasso – Secretario Vocalía de la Vida, Método de Ovulación Billings

El 15 de julio 2018, se llevó a cabo el taller de la Humanae Vitae en la casa de pastoral de Atotonilco el Alto, Jalisco. Con la presencia de reconocidos expositores y la presencia de nuestro señor obispo, Jorge Alberto Cavazos Arizpe.

Iniciamos ante la presencia real y Eucarística de Jesús Sacramentado, dador de vida.

El presbítero Emmanuel Angulo nos compartió, “Contenido de la Humanae Vitae”.

Esta encíclica fue la última de siete que promulgó el papa Pablo VI, el 25 de julio de 1968, sobre el matrimonio y la regulación de la natalidad.

Los esposos son libres colaboradores de Dios en la transmisión de la vida; tal deber es fuente de alegría, de dificultades y de serios problemas que la Iglesia no puede ignorar. El amor de los esposos tiene su fuente en Dios; con el matrimonio Dios realiza su diálogo de amor; los esposos son sus colaboradores en la vida. La vida del matrimonio es un camino diario de respeto, de entrega que llevan al culmen del amor conyugal.

Los esposos deben respetar la naturaleza y la finalidad del acto conyugal.

Son graves las consecuencias del uso los métodos de regulación artificial de la natalidad: infidelidad conyugal y descenso general de la moralidad, pérdida de respeto hacia la mujer, etcétera. Existen límites que nadie puede cruzar. Es lícito el uso de los medios terapéuticos. Lo es también el recurso a los períodos infecundos que Dios ha dispuesto con sabiduría en las leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos.

Esta enseñanza de la Iglesia no será fácilmente acogida. De las leyes naturales la Iglesia no es autora y árbitro, sino custodia e intérprete; ella intenta ser garante de los auténticos valores humanos.

A 50 años de su publicación, la Humanae Vitae es el camino a seguir. La fertilidad no es una enfermedad y no es razonable usar potentes medicamentos o cirugía para eliminar una función normal del cuerpo.

La segunda ponencia estuvo a cargo del Obispo Gerardo Díaz Vázquez, “El amor como respuesta de vida en el mundo actual”.

“Hemos experimentado cambios vertiginosos en nuestra cultura y en la visión del ser humano. Se ha perdido el proyecto original del hombre. En la actualidad la técnica domina al hombre y al mundo, nos ofrece una visión fragmentada de la realidad. Vemos al hombre en un solo aspecto y no en su forma integral.

El relativismo forma parte de su cultura en la que no hay principios universales.  El debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa es una de las mayores pobrezas de la cultura actual, que trae como consecuencia la soledad, fruto de la ausencia de Dios en la vida de las personas y de la fragilidad de las relaciones.

¿Qué visión del hombre puede favorecer el amor como respuesta de vida en el mundo actual?

  • Una visión Integral del hombre y su vocación. — No solo natural y terrena sino también sobrenatural y eterna (HV 7). Porque el todo es superior a la parte.
  • Creado a imagen y semejanza de Dios. — Tiene la dignidad de persona: no es cualquier cosa, sino alguien, capaz de conocerse, de donarse libremente y de entrar en comunión con Dios y con las otras personas”.
  • El hombre llamado a cuidar y cultivar. — La propia vida. La de sus semejantes y la de toda la creación.
  • La vocación del hombre al amor, al don de sí mismo. Así como una vela solo tiene sentido si se consume a favor de los demás, así la vida del hombre para que tenga sentido debe ser un don, un regalo para los demás.

¿Cómo podemos lograr un cambio cultural?

  1. Madurar un sentido crítico, capaz de discernir los verdaderos valores y las auténticas exigencias.
  2. Formación de la conciencia moral. Redescubrir el nexo inseparable entre vida y libertad; y entre la libertad y la verdad.
  3. Educar para el amor y la vida en la sexualidad, en la paternidad responsable, en el sufrimiento y la muerte.
  4. Educar para un nuevo estilo de vida: primacía del ser sobre el tener, de la persona sobre las cosas. Pasando de la indiferencia al interés por el otro y del rechazo a su acogida.

La tercera ponencia estuvo a cargo del presbítero Andrés Sainz Márquez, “Retos bioéticos y jurídicos en torno a la vida humana”.

Los avances de la ciencia y la tecnología han llevado a ver al hombre de sujeto con cerebro, mente y afectos, a verlo como entidad procesadora de información, similar a máquinas inteligentes.

Si nos vamos al final de nuestros días, el libro del Apocalipsis nos dice, “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Ap.2, 10).

Los avances de la ciencia deben estar a favor de la vida, “A nadie daré una droga mortal, aunque me fuera solicitada, ni daré consejo a tal fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer sustancias abortivas; mantendré mi vida y mi arte alejado de culpa” (Hipócrates, Dr. Griego, padre de la medicina — Siglo V a. C.).

Para los ojos de Dios la vida humana es desde la concepción.

La vida es un misterio y al mismo tiempo que es un don que Dios da a quien quiere. En el caminar de los esposos nos encontramos con quienes no han podido engendrar familia y le cuestionan a Dios. En el trasfondo de este reclamo se ve el egoísmo, hay una intención no sana.

Al final del taller, durante la celebración de la Santa Misa, el señor Obispo nos invitó a renovar nuestra vida desde Cristo, el nuevo Adán que cumple la voluntad del Padre y trae la vida al mundo, “Nuestro país está siendo atacado en sus pilares, la virgen de Guadalupe, Jesús, la familia con el aborto, la eutanasia y la mal formación de adolescentes y jóvenes”.

Felicitó a los asistentes por la valentía, fuerza y empeño para defender la familia y la vida desde sus inicios y todo lo que esta encierra.