Manalisco se vistió de gala el pasado viernes 9 de noviembre de 2018 con un triple festejo, que marcará la historia de esta comunidad parroquial, dedicada al Apóstol Santo Santiago.

Alegremente se celebró el 75 aniversario de la parroquia, se consagró el templo parroquial e inició su ministerio el décimo párroco: el señor cura Juan de Dios Montaño Díaz.

Para darle más realce a estos importantes acontecimientos, se realizó un programa de actividades previas que comenzaron el miércoles 7 de noviembre con el repique de alba, rezo del santo rosario y recorrido de la Imagen del Inmaculado Corazón de María por el centro del pueblo; para después celebrar la Eucaristía en la plaza principal a las 7 pm, donde se consagró esta comunidad al Corazón de María.  Momentos más tarde, tuvo lugar un evento cultural.

El jueves 8, los neopresbíteros de nuestra diócesis concelebrarón a las 12:00 horas; y se llevó a cabo la recepción de proclamadores de la Palabra y monaguillos servidores del Altar. A las 20:00 horas se realizó la Romería con el Santísimo Sacramento por las calles de la población y, a las 21:00, la Solemne Vigilia Eucarística cerró este día para poner en las manos de Nuestro Señor toda la comunidad parroquial.

¡Y llegó el día tan esperado! Viernes 9 de noviembre…, el silencio matinal fue interrumpido por el vuelo de campanas y cohetes, que anunciaban que se estaba de fiesta.  A las 7:30 horas  Rezo de Laudes solemnes, a las once horas fue recibida la bendita imagen del Señor del Encino en el crucero de Ciénega; fue acompañada por algunos sacerdotes, seminaristas, religiosas, charros, danza, banda de música, feligreses de todas las rancherías con sus estandartes y muchos fieles devotos que, sin importar el fuerte sol, acompañaron la imagen algunos kilómetros hasta el templo parroquial.

A la entrada del pueblo esperaba nuestro Obispo, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, y el nuevo párroco, quienes, acercándose a la imagen del Señor del Encino, hicieron una breve oración para luego integrarse a la procesión.

Las calles adornadas con tapetes de aserrín y coloridas composturas, aunadas al fervor de la fuerte religiosidad popular que se vive en nuestro séptimo decanato, daban al ambiente un aire de júbilo enmarcado de ristras y cohetes.

Al mediodía se celebró Solemne Concelebración Eucarística presidida por nuestro Obispo diocesano, en la que se realizó la consagración del altar y del templo, junto con el inicio de ministerio del nuevo párroco.

Vivimos plenamente la celebración tan rica en signos: fuimos testigos de la entrega de llaves del templo al señor cura Juan de Dios, de la entrada del Señor del Encino al recinto sagrado, de la profesión de fe del nuevo párroco, entrega de libros parroquiales, de los Santos Óleos, de las llaves del Sagrario y entrega de sede parroquial; signos con los cuales quedó constituido como párroco del lugar.

Monseñor Jorge Alberto, entre otras cosas  enfatizó: “cada vez que entramos a un templo, debe recordarnos la Jerusalén celestial; ya que el templo nos debe animar para buscar la Patria Eterna; en este lugar somos fortalecidos por la Gracia de Dios”.

“Al cumplir 75 años de parroquia agradecemos a Dios esta bendición.  Aquí el Santo de los Santos nos bendice y fortalece pero también nos llama a la misión.  Tantas historias en esta comunidad de fe.  Por designio de Dios, ha querido Santo Santiago ser el Patrono de este lugar; aprendamos de él, la alegría de llevar el Evangelio, de ayudar a los más necesitados”. 

“Han surgido muchas vocaciones aquí, son una comunidad con una gran riqueza espiritual y moral.  Sigamos dando frutos de santidad, sigamos construyendo el Reino de los Cielos, que sigan surgiendo más historias desde la fe. Que Dios los siga bendiciendo a través de tantas personas santas”.

 Continuó, “El Señor del Encino también ha querido tener un lugar muy especial aquí”.

“Así agradecemos a Dios por la presencia del señor cura Juan de Dios, gracias por tu disponibilidad. También están presentes, sacerdotes nacidos en este lugar y algunos de los que han prestado su ministerio en esta comunidad”, expresó.

Además la liturgia de consagración del templo nos envolvió, el escuchar la letanía de los santos, con emoción fuimos testigos de cómo el señor Obispo derramó Santo Crisma sobre el Altar, de cómo fue colocado incienso sobre el mismo y vimos elevarse la nube de humo perfumado mientras el coro del lugar bellamente entonaba: “El humo del incienso subió hasta la presencia del Señor”… enseguida, algunos sacerdotes nacidos en Manalisco, ungieron con Santo Crisma las columnas del templo;  después, el signo de la luz: velas encendidas con el cirio pascual, encendieron otras velas colocadas en diversos lugares del templo; se vistió el altar con nuevo mantel,  los sacerdotes presentes subieron al presbiterio a besar el altar, se encendieron las luces del templo  y se colocaron más flores.

Al finalizar la Santa Misa, el señor cura Juan de Dios  agradeció a Dios el don de la vida, al señor Obispo por su confianza, a los sacerdotes compañeros y los presentes y a los originarios de Manalisco; de manera especial agradeció a su familia, a su mamá que lo ha acompañado siempre; recordó las comunidades en donde ha prestado su ministerio sacerdotal en sus veintiocho años de vida sacerdotal: San José de Gracia, Lagos de Moreno, San  Juan de los Lagos, Santa Rita de Casia y Temacapulín .

Y así se dirigió a su nueva comunidad: “Hoy estamos de fiesta, la parroquia cumple 75 años, comúnmente decimos, Bodas de diamante y los diamantes son valiosos según las caras que tengan; así también, esta comunidad es más valiosa que los diamantes por tantas caras y rostros que irradian desde la fe”, exclamó.

“Hace 75 años también estuvo presente el Señor del Encino y hoy también lo está para decirnos que Él camina con nosotros” reiteró el señor cura.

Saludó a los padres que viven en esa comunidad: al padre Benito González y al padre Rafael Villa Bolaños con quienes, en equipo, trabajarán unidos.

Después de las fotos del recuerdo, nos dirigimos a la plaza a disfrutar de una tradicional comida y escuchar música mientras convivimos con agrado, satisfechos de haber sido testigos de este importante festejo en Manalisco.  ¡Felicidades!

¡Bienvenido Señor Cura Juan de Dios!