El Seminario Menor Diocesano de Lagos de Moreno se vistió de fiesta al celebrar el triduo en honor a san José Sánchez del Río, patrono de nuestro seminario.

El viernes iniciamos nuestro triduo con las mañanitas; por la tarde, en el retiro mensual dirigido por el padre Juan de Jesús Fuentes, quien fuera formador de esta casa en los años 1994 a 1997; el tema que nos motivó a reflexionar fue en torno a la santidad por medio del documento Gaudete et exultate del Papa Francisco, diciendo a los seminaristas: “el documento se hizo con el propósito de promover en la Iglesia el deseo de santidad, y por ello es necesario que pidamos al Espíritu Santo que infunda en nosotros este inmenso anhelo de ser santos para mayor gloria de Dios, alentémonos unos a otros en este intento, así compartiremos una felicidad que el mundo no nos podrá quitar”.

Durante la Santa Misa nos invitó a ser profetas, partiendo de lo que la liturgia de la palabra en ese primer día nos proponía, teniendo como figura la de San Juan Bautista quien también fue mártir por anunciar la verdad, como un auténtico profeta (cfr Mc 6, 14-29) “el camino de la santidad tiene que ver con el sufrimiento y la fortaleza de voluntad”.

Nos hizo varias recomendaciones ya que el sacerdote es profeta, y a la par, por anunciar la verdad es víctima de muchas injusticias, por ello nos animaba a preparar el corazón, ¿cómo?:

1. Superando las ambiciones de la vida.

2. No dejándonos vencer por las pruebas.

3. Tener nuestra mente y corazón concentrado en cosas tan hermosas que nos ofrece el seminario, como lo son la ciencia, la vida de Dios, la amistad, las actividades, creciendo en la voluntad y cumplimiento del horario, la amistad con los formadores, etcétera.

Por otro lado el señor cura Chuy recordó la labor que realizó en sus inicios ministeriales en este casa junto con el padre José Luis Aldana Wario y el equipo formador. Algunas cosas significativas fueron: la incorporación académica a la UDG, el nombre que se le dio, Francisco Orozco y Jiménez, la estructura de la formación, el escudo, los estudios, etcétera.

Segundo día: “Es difícil ser santo, pero no imposible”

Por la mañana tuvimos oportunidad de unirnos a la oración de la Iglesia por medio de la celebración de las laudes solemnes dirigidas por el diácono Luis Fabián y la Lectio Divina dirigida por seminarista Armando. Por la tarde tuvimos nuestro Rally “Joselito” para continuar con la Santa Misa presidida por el presbítero Alejandro González quien estuvo como coordinador de la formación en los años 2014-2018 y quien fue el responsable de poner a san José Sánchez del Río como patrono de esta casa formadora.

En su reflexión el padre Alejandro compartió uno de los muchos motivos por los cuales se puso a este santo como patrono, como fue, el descubrir el ardor y la entrega total que hizo Joselito a Jesús desde su adolescencia; su reflexión la centró en tres puntos y utilizó la imagen de la iglesia de San Lorenzo:

Primer piso: la invitación a vivir un auténtico y verdadero testimonio y no un testimonio de apariencia, y al igual tener celo por los lugares y espacios sagrados aún en el sacrificio, como los mártires,  porque muchas de las veces pudiera ser muy fácil para nosotros hablar de Cristo, estar en la planta alta en donde siempre pudiéramos ser vistos y aparentar un testimonio que no es real.

Segundo piso: se representa la vida de fe que hemos heredado, de nuestros padres y de todos los espacios donde hemos sido formados en ella, pero que tal vez no permea de una manera total en nuestra vida y si así sucede, nuestras ilusiones se desgastan y se pierden nuestros deseos de santidad y olvidamos ser buenos y santos seminaristas.

Tercer piso: se encuentra la parte más profunda en donde algunas veces se encuentra las cosas más sucias y tenemos que descubrirlo para sacarlo y liberarnos de él para dar un buen testimonio a ejemplo de Joselito.

Por la noche tuvimos nuestra velada y noche bohemia dentro de casa, a la luz de la luna, con cantos y juegos.

Tercer día: “Dios quiere en nuestra libertad hacer obras grandes”

Por la mañana celebramos las laudes, dirigidas por el presbítero Rubén Ibarra (coordinador de la casa formadora), quien nos animó antes y después de la fiesta a vivir a ejemplo de san José Sánchez, “decididos y dando respuesta a nuestra fe”.

Por la tarde tuvimos la Eucaristía presidida por nuestro señor Obispo Jorge Alberto quien nos animaba iluminado por el Evangelio (Lc 5, 1-11) a dejar subir a Cristo a nuestra barca e ir mar adentro guiados por Jesús para vivir esa obra tan admirable que es “Jesús”, que nos llama y nos invita a ser pescadores de hombres y nos decía: “Dios hace obras admirables en nosotros si lo dejamos subir a nuestra barca, como el niño mártir san José Sánchez quien se motivó a hacer cosas grandes como lo hicieron también los apóstoles. Su testimonio nos edifica, porque entregando su vida sucede algo maravilloso en favor de su pueblo, entregando su corazón nos hace entender que para vivir en el misterio de la santidad debemos disfrutar cada momento sagrado, porque sin Jesús nuestra vida no sería nada, nuestra pesca sería nula”.

Agradecemos a Dios lo que en este año nos ha concedido celebrar y pedimos, por intercesión de san José Sánchez. que siga iluminando y fortaleciendo la vida de los adolescentes y jóvenes que se forman en el seminario•