1º Dimensión Social de la Piedad Popular

0
826

Redacción: Pbro. José Luis Aceves González

Contextualización

El proyecto global de pastoral (PGP) de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), hace un reconocimiento claro a lo que ha resultado como uno de los frutos de la evangelización: “Damos gracias a Dios porque nuestra tierra mexicana da vida a una de las más ricas expresiones de piedad popular enraizada en La Morenita “(PGP, 82).

San Juan Pablo II, en Santo Domingo, hacía referencia a este acontecimiento y fenómeno guadalupano como un ejemplo de “evangelización perfectamente inculturada”: “En el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac se resume el principio de la inculturación: la íntima transformación de los auténticos valores culturales mediante la integración en el cristianismo y el enraizamiento del cristianismo en las varias culturas” (Ib.).        

En este contexto de valoración que hacen nuestros pastores como obispos integrantes de la CEM, reconocen también la necesidad de conocer, de vivir y de acercarnos a estas manifestaciones sencillas de piedad de nuestro pueblo (Ib.).

Nuestro VI Plan diocesano de pastoral (VI PDP) nos hace planteamientos también en torno a este tema. Primero para reconocer e identificar los frutos desde la evangelización inicial de nuestros pueblos y comunidades. Segundo para adentrarnos en el conocimiento de este entorno en el cual vivimos, nos movemos y existimos. Tercero para descubrir los desafíos que esta realidad nos exige: acogerla con respeto y amor para poder descubrir en ella las semillas del verbo “desde el principio de cristianización, en nuestro caso, de nuestra región, de nuestra diócesis.  

 Introducción:

“En la Piedad Popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menosprecicar: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada.

Las expresiones de piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización (EG 126). Ya es reconocido el fenómeno socio religioso de la Piedad Popular como materia de estudio de Sociólogos, Antropólogos, Pastoralistas y otros estudiosos desde diferentes disciplinas, aunque no profesen la fe católica.

Ya podemos adelantar una primera conclusión de este trabajo y puesta en escena de este fenómeno socio religioso: “LA PIDEAD POPULAR SE DA CON LOS SACERDOTES, SIN LOS SACERDOTES y/o A PESAR DE LOS SACERDOTES” y, con el debido respeto, lo podemos afirmar también en referencia a nuestros Señores Obispos: la Piedad Popular se da con ellos, sin ellos y/o a pesar de ellos, y así de otros agentes de pastoral y demás laicos que se sienten ajenos a este fenómeno. Lo anterior nos da pauta para plantearnos algunas apreciaciones acerca de este fenómeno. Hasta podríamos afirmar en el peor de los casos, como llega a afirmar el Padre Javier Saravia, S. J., como título de su libro “La Religiosidad Popular, extranjera en su propia tierra”.  (Javier Saravia, S. J. (2003). La Religiosidad Popular, Extranjera en su propia tierra. Ciudad de México. Obra nacional de la Buena Prensa).

No quiero dejar pasar una mención explícita al hoy Santo Paulo VI, Papa, quien inicia el despertar la conciencia de todo el Pueblo de Dios y el dinamismo que se viene acelerando cada vez más en torno a este tema del fenómeno religioso. Gracias a él, la Iglesia ha venido creciendo en esa toma de conciencia, en el contexto del IV Capítulo de la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (“Para anunciar el evangelio”), titulado “Medios de Evangelización”, y a propósito de la Piedad Popular como medio de evangelización, dice textualmente: “Con ello estamos tocando un aspecto de la evangelización que no puede dejarnos insensibles. Queremos referirnos ahora a esta realidad que suele ser designada en nuestros días con el término de “religiosidad popular” (E N 48).

NOTA: No es por demás aclarar que, en el contexto del tiempo en que San Paulo VI hace esta afirmación con el término de “Religiosidad Popular” que él lo menciona, hoy ya entendemos con mayor precisión el contenido conceptual y diferenciado de los términos “Piedad Popular”, “Religiosidad Popular”, “Catolicismo Popular”, etc. como lo iremos viendo más adelante.