Muy estimados hermanos: La Paz de Cristo les fortalezca y guíe.

 

Iniciamos el mes de Julio. Mes del verano y el temporal. Mes de vacaciones para muchas personas y así mismo: inicio del segundo semestre del año. Todo lo anterior son situaciones que debemos llevar, pero aprovechar el tiempo y darle sentido está en cada uno de nosotros. No dejemos que nuestro ser dueños de nuestras vida y capacidades se diluya en no lograr nada; el tiempo de descanso es también tiempo de dirigir nuestra realización: vivamos agradecidos dándonos las verdaderas oportunidades de vivir y proyectar nuestra vida.

Cómo Iglesia diocesana celebramos el sábado pasado los 47 años de haber iniciado cómo Diócesis. Tuvimos la misa, la acción de gracias a Dios porque viendo la historia de aquí; quiso que fuésemos diócesis. Ahí mismo tuvimos el decreto de nuestro Plan Diocesano de Pastoral. En este número de El Mensajero Diocesano queremos presentar en general el texto; pero a toda persona que  está en la diócesis nos corresponde conocer el Plan, orar por su cumplimiento, y participar.

Entrar a su dinámica y lograr ver grandes oportunidades en nuestra Diócesis. Ha sido una expresión de la vida y esperanzas de personas de nuestra diócesis; el Consejo Diocesano de Pastoral, de modo sinodal ha llevado adelante esta magnífica labor, haciendo que todos seamos escuchados e invitados a evangelizar entre nuestras realidades actuales.

Queridos hermanos, es un tiempo nuevo, Para mí: Es Cristo, esposo de la Iglesia , quien llevando a nuestra Iglesia nos inquieta positivamente para orar, vivir y transmitir nuestra fe.
En oraciones por sinodales por nuestro proceso de Evangelización, les envío mi bendición.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.