¿Qué va contra el primer mandamiento?

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Redacción: Pbro. Francisco Escobar Mireles Fotografía: Especiales

¿Qué va contra el primer mandamiento?

“¡Qué desgraciados son los que llaman dioses a cosas hechas por los hombres, a objetos de oro y plata, artísticamente trabajados, a figuras de animales, a una piedra sin valor, tallada hace mucho por un escultor, pues ponen su esperanza en cosas muertas! (Sb 13,10)
“Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables: Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fue entenebrecido. Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos, y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes (Rm 1,20-23).
“Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, diciendo: Denme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo” (Hch 8,18).
“La acción de tentar a Dios de palabra o de obra, el sacrilegio y la simonía son pecados de irreligión, prohibidos por el primer mandamiento” (CEC 2139).
“El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un pecado contra el primer mandamiento” (CEC 2140).

¿Están prohibidas las imágenes?

“Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ídolo , ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Ex 20,2-5).
“En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: ‘¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo’. El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: ‘Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes’. Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: ‘Haz una serpiente de bronce y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla’. Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado” (Nm 21,4-9).
“Él (Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col 1,15).
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2Co 3,18).
“El culto de las imágenes sagradas está fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contrario al primer mandamiento” (CEC 2141).

Segundo mandamiento
NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO (Ex 20,7)

¿Qué ordena el segundo mandamiento?

“No tomarás el nombre de Yahvé tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tome su nombre en vano” (Ex 20,7).
“Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt 10,32-33).
“Si le haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque ten por seguro que el Señor tu Dios te pedirá cuentas de ella; y si no la cumples cargarás con un pecado” (Dt 23,22).
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvados” (Hch 4,12).
“El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. El nombre del Señor es santo” (CEC 2161).
“En el Bautismo, la Iglesia da un nombre al cristiano. Los padres, los padrinos y el párroco deben procurar que se dé un nombre cristiano al que es bautizado. El patrocinio de un santo ofrece un modelo de caridad y asegura su intercesión” (CEC 2165).
“El cristiano comienza sus oraciones y sus acciones haciendo la señal de la cruz ‘en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén'” (CEC 2166).