En el marco de los festejos a nuestra Señora de Lourdes, quien en una de sus apariciones le dijo a santa Bernardita: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”, la Iglesia celebra también la Jornada Mundial del Enfermo en la que se busca concientizar y sensibilizar a todas las personas, instituciones sanitarias y a la misma sociedad civil, en la importancia de ver en el enfermo vulnerable al hermano, al mismo rostro de Dios vivo.

Por ello y atendiendo al llamado de buscar el encuentro cercano con el enfermo, dentro de nuestra Iglesia diocesana de San Juan de los Lagos, se realizaron en varias parroquias celebraciones especiales donde el enfermo ocupó un lugar primordial en las actividades que ofrecieron espacios que propiciaron el diálogo, la convivencia, la atención y las muestras de afecto.

La Catedral Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos en unión y solidaridad con el enfermo y las personas que los atienden el día 11 de febrero, celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, realizó una solemne celebración Eucarística a las 17:00 horas, presidida por el presbítero Oscar Villaruel Orozco y concelebrada por el presbítero Abraham Reyes Mendoza, en la que manifestaron la alegría y el gusto de encontrarse con tantas personas enfermas que aún con sus discapacidades y limitaciones no se sienten impedidos de demostrar emoción y gratitud a María Santísima, por permitirles encontrarse con Ella y con tantas personas que como ellos buscan ser escuchados y tomados en cuenta.

Dentro de su homilía el padre Oscar invitó a todos a ver en la persona del enfermo una pequeña catedral abierta para todas las personas, esperando la llegada de los hermanos para producir un encuentro en el que juntos y tras la oración descubran la misericordia de Dios. Exhortó a que cada hogar sea un templo, a que cada familia sea un santuario y a que cada enfermo  sea una catedral de encuentro con Dios.

Mencionó que la Pastoral de la Salud no es la única institución obligada a ayudar y a velar por el enfermo, dijo: Identifiquémonos “la Pastoral de la Salud, es el corazón del creyente, la Pastoral de la Salud somos todas las personas”.

Después de su homilía, el padre Oscar invocó al Espíritu Santo para que descendiera en todos los enfermos y realizó una oración, en la que se pidió por la sanación no solo del cuerpo, sino también del alma, por la liberación de las ataduras del cuerpo que no nos dejan avanzar y ayudar al prójimo•

Que donde haya un enfermo, donde haya un bautizado, que ahí se encuentre la Iglesia y se encuentre Dios.