Ha concluido el Sínodo Amazónico y ha dejado un documento en el que, fiel a su lema inicial, propone nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

El documento final del sínodo está estructurado con una introducción, cinco capítulos y una conclusión.

El primer capítulo se titula: “Amazonía, de la escucha a la conversión integral” y describe la hermosura y riqueza de esta zona del planeta, aunque también hace eco al clamor de la tierra y al grito de los pobres ante una situación de crisis socio ambiental.

Luego describe de modo general la situación de la Iglesia en esa región reconoce el llamado a una conversión integral, en dimensiones como la pastoral, cultural, ecología y sinodal.

El segundo capítulo, titulado, “Nuevos caminos de conversión pastoral”, describe los aspectos que definirán a una Iglesia en salida: Iglesia samaritana, misericordiosa, solidaria; Iglesia en diálogo ecuménico, interreligioso y cultural; Iglesia con rostro indígena, campesino y afrodescendiente; Iglesia con rostro migrante y joven; Iglesia que recorre nuevos caminos de pastoral urbana con una espiritualidad de escucha y anuncio.

“Nuevos caminos de conversión cultural”, es el título del tercer capítulo, que afronta el modo como la Iglesia debe vivir y practicar la inculturación y la interculturalidad, teniendo en cuenta los valores culturales de los pueblos amazónicos y siendo aliada de estos pueblos en sus territorios; deberá cuidar la piedad popular e inculturar la catequesis, al tiempo que desarrolla una teología; deberá también respetar la cultura y los derechos de los pueblos promoviendo el diálogo intercultural atendiendo los desafíos de salud, educación y comunicación.

El cuarto capítulo lleva el título de “Nuevos caminos de conversión ecológica” y presenta los desafíos de una ecología integral desde la encíclica ‘Laudato Si’. Describe algunas amenazas que atentan contra el broma amazónico y sus pueblos y los confronta con nuevos modelos de desarrollo justo, solidario y sostenible. Es interesante la reflexión que se hace en torno a la dimensión socio-ambiental de la evangelización y el llamado a ser una Iglesia pobre, con y para los pobres desde las periferias vulnerables.

El quinto capítulo y quizá uno de los que más está dando de qué hablar, tiene el título de “Nuevos caminos de conversión sinodal”. En este capítulo “buscamos los nuevos caminos eclesiales, sobre todo, en la ministerialidad y sacramentalidad de la Iglesia con rostro amazónico. La vida consagrada, los laicos y entre ellos las mujeres, son los protagonistas antiguos y siempre nuevos que nos llaman a esta conversión”.

Se proponen diversas formas organizativas para vivir la sinodalidad, de modo que favorezcan la comunión y la participación, la corresponsabilidad y la ministerialidad de todos. También se propone el ministerio de la cura pastoral a una persona no investida del carácter sacerdotal; se propone una reflexión sobre el diaconado permanente y la posibilidad de conferirlo a la mujeres.

El documento deja también propuestas sobre la posibilidad de universidades y nuevas estructuras sinodales amazónicas, la creación de un Organismo Eclesial Regional Postsinodal para la región amazónica; y un rito de la celebración Eucaristía propio para los pueblos amazónicos.

Como es común en muchos documentos de la Iglesia, la conclusión es una oración, en ella se pide el amparo de la Sagrada Familia, Jesús María y José.

Sin duda que este documento viene a ser un acicate en la reflexión teológico pastoral, que bien puede dar muchas luces a la situación de la Iglesia en otras regiones del mundo.

El documento completo puede leerse, descargarse o imprimirse desde la página oficial del Sínodo en http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es.html